A lo largo de la carrera hay algo que no deja de hacer eco
en los talleres de diseño (y otras materias también), un eco que se repite sin
importar la cátedra: Nombres. Resuenan al punto de que dejamos de ser
estudiantes para convertirnos en fans. Frank Gehry, Zaha Hadid, Santiago Calatrava,
Rem Koolhaas, Norman Foster y varios más.
Estos arquitectos desarrollan proyectos millonarios en todo
el mundo, es decir que no tienen un contexto fijo más que el mundo marketinero
y globalizado en el que se encuentran sus clientes. A medida que su fama fue
creciendo, gracias a publicaciones y premios de los cuales no voy a criticar ni
menospreciar, la figura de arquitecto exitoso y conocido mundialmente se fue
transformando hacia la de un diseñador que vende SU imagen y SU firma… A
cualquiera, en cualquier parte, con cualquier programa de necesidades, con
cualquier clima, con lo que sea.
Personalmente creo que todos los diseñadores llegan a
desarrollar un estilo propio, pero cuando éste resulta ser la razón de su fama,
muchos quedan encerrados. Y tarde o temprano sucede que por tener que cumplir
con un programa de necesidades complejo o por tener un contexto extremadamente
diferente, no siempre podes usar ese gesto que te caracteriza; y TU imagen y TU
firma no sirven. Algunos se adaptan, otros no.
La obra que puso estos cuestionamientos en mi cabeza fue la
clínica de salud mental Lou Ruvo, en Las Vegas, proyectada por Frank Gehry en
2010. Si, Frank Gehry con sus curvas y deformaciones para albergar gente
enferma con alucinaciones y delirios. Cuando me puse a investigar por qué le
fue dado a Gehry semejante proyecto encontré que “La ciudad de Las Vegas hacía años que quería tener una obra de Gehry”…
Y claro, eso es lo que importaba. Y si bien el programa en sí de la obra merece
un artículo aparte por cómo fue resuelta, el tema se resume en que la ciudad
exhibe su escultura y un pobre enfermo mental con delirios de persecución
intenta sanar sus males viendo turistas sacándole fotos desde la ventana. Al
final… ¿Para quién es la obra? ¿Para el enfermo o para el turista? Me gusta
pensar que Gehry fue un prisionero de su propio estilo ya que la ciudad quería
(y exigía) sus curvas plateadas; pero al fin y al cabo la verdadera víctima fue
el usuario y el verdadero victimario, sin duda, la caprichosa actitud del
comitente: El gobierno de Las Vegas.
Por un lado tenemos la cuestionable actitud de que un starchitect (porque en inglés suena
mejor) realiza todas sus obras con un estilo propio (su receta infalible, su
venta segura, la razón de su éxito) sin siquiera considerar que tal vez no es
la mejor solución. Y por el otro lado (hay que repartir culpas) tenemos la más
que cuestionable decisión de que un proyecto sea encomendado a alguien únicamente
por el hecho de que es famoso.
Entonces me pregunto: ¿Cuándo es correcto usar a estas
estrellas? Todas las grandes ciudades han desarrollado algo en común: Un
espacio para el mundo corporativo. Debido a esto podemos dejar pasar la actitud
de una multinacional, sin contexto fijo ya que tiene sus sedes repartidas en
todo el globo, que busca este tipo de arquitectos/celebridades pero habría que
cuestionar duramente el papel del gobierno que hace lo mismo para nuevos
edificios públicos. Ahí dibujaría la línea: Entre lo público y lo privado. Una
empresa privada crea una imagen que será igual en todas las ciudades en que se
encuentre; en cambio los edificios públicos de una ciudad reflejan la cultura y
la historia de la sociedad que la compone y ¿quién mejor para realizar el
proyecto de un edificio público en la ciudad de Buenos Aires que un arquitecto
que vivió allí toda su vida? ¿El conocimiento de la sociedad en la que se ubica
el proyecto ya no importa? Es más, ¿no les gustaría darle trabajo a un estudio
local? La respuesta es que SI… Pero, lamentablemente, queda mejor decir que el
proyecto lo hizo un starchitect… Y
tal vez no sea el mejor proyecto, tal vez no sea funcional, tal vez sea
extremadamente caro, pero hay algo con lo que sí cumple: Con el Marketing.
Y ahora Buenos Aires puede decir, y actualizame wikipedia,
que tiene un Foster en Parque Patricios y un Calatrava en Puerto Madero…
Link de la nota (y me pusieron mal el nombre jaja)
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